Sabemos ya que Dios nos ha creado “libres”, para que elijamos nuestro camino y decidamos hacia dónde queremos orientar nuestras vidas.
Su deseo es que volvamos a él; pero no nos lo impone ni obliga a elegir lo que quiere.
Sólo nos presenta su voluntad.
Entonces va a preguntarnos “si queremos” hacer lo que él desea…
Y después esperar nuestra libre respuesta.