En lo hondo de nuestros corazones todos aspiramos a ser felices.
Y el cristianismo nos enseña que lo único que nos hará “verdaderamente” felices es:
“Volver a Dios” y estar con él; porque él es la plena, total y absoluta felicidad.
En lo hondo de nuestros corazones todos aspiramos a ser felices.
Y el cristianismo nos enseña que lo único que nos hará “verdaderamente” felices es:
“Volver a Dios” y estar con él; porque él es la plena, total y absoluta felicidad.